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El equilibrio entre examinadores forenses digitales y técnicos de evidencia digital: experiencia vs. eficiencia.

En artículos, blogs y publicaciones recientes en redes sociales han surgido preocupaciones de que, en muchas agencias y organizaciones, la informática forense se esté reduciendo a una mera “presión de botones”, con muchos de estos llamados “presionadores de botones” formados solo a un nivel básico o familiarizados con una herramienta específica, sin comprender plenamente cómo funciona o cómo explicar sus resultados. Esta preocupante tendencia tiene su raíz en una serie de desafíos complejos, como fuertes limitaciones presupuestarias, una falta persistente de personal adecuado y una escasez generalizada de capacitación integral o de fondos para ofrecerla. Además, el deseo de soluciones “todo en uno” a menudo eclipsa la necesidad de un entendimiento profundo, lo que contribuye a cargas de trabajo abrumadoras y a retrasos persistentes.

Actualmente, los laboratorios forenses digitales enfrentan un flujo abrumador y creciente de casos, sin que se vislumbre un final, mientras el atraso en el análisis de evidencias digitales sigue aumentando. Como exdirectivo de una agencia policial a cargo de una gran unidad de investigación y un laboratorio forense digital estatal, encontrar el equilibrio correcto entre eficiencia, eficacia y precisión para reducir el atraso era todo un reto. Aunque se debe ser eficiente en los análisis, también hay que ser minucioso para garantizar la verdad y la justicia.

Hoy en día, muchas agencias y unidades forenses están explorando flujos de trabajo que combinen las habilidades de examinadores forenses digitales altamente capacitados (DFEs) con la eficiencia de técnicos de evidencia digital (DETs), aunque estos procesos aún no se han perfeccionado. Con conjuntos de habilidades diversas, es importante que los departamentos reconozcan las fortalezas y debilidades de cada puesto y sepan cómo integrarlos mejor en sus procesos forenses.

Aprovechando las fortalezas de cada rol
Los DFEs son profesionales altamente especializados en análisis forense profundo, capaces de extraer, interpretar y presentar evidencia digital compleja. Su trabajo va más allá de ejecutar herramientas: deben comprender artefactos, reconstruir actividades digitales, identificar anomalías y, en última instancia, explicar sus hallazgos de forma comprensible y admisible en los tribunales. Algunas de sus principales fortalezas incluyen:

Aquí tienes la traducción completa al español:

Análisis experto: Descubrir datos eliminados, reconstruir acciones del usuario y analizar registros del sistema.
Testimonio en tribunales: Explicar con seguridad los hallazgos, defender las metodologías y resistir el contrainterrogatorio.
Estrategia de casos: Colaborar estrechamente con los investigadores para orientar la recolección y el análisis de evidencia digital en función de las prioridades del caso.
Soluciones personalizadas: Adaptar métodos forenses cuando las herramientas estándar fallan, desarrollando scripts o usando técnicas novedosas para extraer y analizar datos cruciales.

En comparación, los Técnicos de Evidencia Digital (DET), aunque con menos formación formal en análisis forense, cumplen una función crítica en el procesamiento de evidencia digital. Su responsabilidad principal es la adquisición, procesamiento y triaje inicial de la evidencia digital. Operan herramientas forenses para extraer conjuntos de datos estandarizados, permitiendo que los DFEs se concentren en exámenes complejos. Otras fortalezas clave incluyen:

  • Eficiencia: Manejar la extracción y procesamiento rutinario de datos para liberar a los DFEs y que se concentren en análisis de alto nivel.
  • Escalabilidad: Permitir que los laboratorios forenses procesen un mayor volumen de evidencia distribuyendo la carga de trabajo.
  • Automatización de flujos de trabajo: Utilizar software forense para automatizar informes y filtrado de datos, reduciendo cuellos de botella.
  • Rentabilidad: Requieren menos inversión en formación que el desarrollo de un DFE completo.
  • Aceleración de pistas de investigación: Identificar y extraer rápidamente pistas inmediatas, como material ilícito evidente, palabras clave señaladas o comunicaciones recientes, permitiendo que los investigadores avancen sin esperar el análisis profundo de un DFE.

Confiar demasiado en los DET puede llevar a resultados forenses incompletos o malinterpretados. Las herramientas, aunque potentes, no reemplazan la experiencia de un examinador que entiende los datos subyacentes. Los procesos automatizados pueden pasar por alto contexto crítico, y un manejo inadecuado de la evidencia puede comprometer un caso. Por otro lado, los DFEs a menudo se ven sobrecargados con tareas rutinarias que no requieren su nivel de especialización. El retraso en la evidencia digital puede generar demoras en investigaciones criminales y, a veces, hacer que la evidencia pierda utilidad por limitaciones técnicas o procedimentales. Por eso es importante aprovechar las fortalezas de cada rol.

Flujo de trabajo recomendado: Integración de DET y DFE
Un modelo híbrido que combine DETs y DFEs puede optimizar la eficiencia manteniendo altos estándares forenses. Ejemplo de flujo:

  1. Recepción y registro de evidencia (DET): Documentación, cadena de custodia y categorización inicial de dispositivos.
  2. Adquisición preliminar de datos (DET): Imágenes forenses, verificación de hashes y uso de herramientas de triaje para señalar datos relevantes inmediatos.
  3. Procesamiento e indexación de datos (DET): Ejecución de herramientas forenses para generar informes de datos comunes e identificar “frutos fáciles” para los investigadores.
  4. Análisis en profundidad (DFE): Investigación de anomalías, recuperación de archivos borrados, revisión de registros y análisis avanzado.
  5. Control de calidad y revisión entre pares (DFE & DET): DFEs revisan datos extraídos por DETs y estos apoyan con cotejos.
  6. Preparación de informes (DFE & DET): DETs elaboran informes estructurados y DFEs aportan explicaciones y opiniones expertas.
  7. Testimonio y apoyo al caso (DFE): DFEs comparecen en juicio, con asistencia técnica de DETs.

Este enfoque escalonado asegura que las pistas críticas se identifiquen rápido, mientras que el análisis complejo lo realiza personal altamente capacitado cuando es necesario.

Impulsar el crecimiento con roles y carreras definidas
Aunque no todas las agencias cuentan con recursos para emplear ambos perfiles, y muchos profesionales cumplen funciones mixtas de investigación, examen y análisis, la creciente relevancia de la evidencia digital indica la necesidad de invertir en personal especializado, herramientas y capacitación.

Esta especialización también abre oportunidades de carrera en informática forense. Títulos formales y funciones claras —como DFE y DET— pueden ofrecer rutas de desarrollo, desde roles técnicos básicos hasta puestos de análisis avanzado y testimonio experto.

En última instancia, independientemente de los títulos —Técnico de Evidencia Digital, Examinador Forense Digital u otros— lo esencial es la definición clara de responsabilidades, la formación continua y medidas sólidas de control de calidad. Esta división estratégica del trabajo busca garantizar que la justicia se sirva de forma eficiente y efectiva en un panorama digital en constante expansión. Léelo en Forensic Focus